sábado, 17 de septiembre de 2016

Supresión página Nouvook

Me comunico con vosotros porqué curioseando por un fanfic que deseaba leer descubrí que la página de Nouvook ya no existe. He intentado ponerme en contacto con ellos a través de la página de facebook, pero al ver que no me contestan tomé la decisión de borrar los enlaces a la historia. Siento mucho las molestias que pueda causar este problema. ¡Gracias por leerme, y hasta otra!

lunes, 22 de agosto de 2016

despedida

Sí, existo, pero últimamente no sé que me pasa, se me fueron las ganas de actualizar. Así que como me parece una tontería tener a uno esperando algo que no sé si va a pasar frenaré la publicación y hablaré con mi compañera para continuar la historia por nuestra cuenta hasta que esta esté casi terminada y, o, revisada en su totalidad. Entonces estudiaremos publicarla completa ya sea por aquí, wattpad o otro lugar. Gracias por vuestra lectura y adiós.

viernes, 26 de febrero de 2016

Capítulo 7 (Samantha)

Lo admito, he descuidado mucho el blog. Pero entre mi escasa inspiración y el poco tiempo libre que tiene mi compañera las actualizaciones de la historias van muy lentas. Hecho que me quita el ánimo de publicar y, o, incluso de editar capítulos. Os dejo el siguiente.

Capítulo 7


Narra Samantha

Al día siguiente me desperté temprano para ir a clase. Aún, me costaba creerme todo lo que había pasado ayer, Tiffany, las pruebas y ahora yo animadora…. Parecía un sueño o una pesadilla no sé. Lo que estaba claro es que a partir de ahora yo era animadora y Tiffany seria mi capitana. Por lo tanto yo no solo tendría que soportarla, también tendría que hacerle caso y comportarme mejor con ella. ¡Genial!, no sé como pude dejarme de convencer por esto. Bueno en cierto modo sí lo sabía, pero, ¿Qué demonios estaba haciendo? No había dejado que mi padre se mudara a otra ciudad para esto. La historia era, ¿qué hacer? ¿Seguir adelante y desbancar a Tiffany pasase lo que pasase, me odiase quien tuviera que odiarme? O adaptarme a ella para enderezarme y así cumplir el propósito con el que decidí dejar San Francisco. Empezar una nueva vida, lejos, donde nadie me conociera y por consiguiente no me odiase. Sí, ese era mi propósito antes de entrar en el Dawson High.

Pero, para eso, no debería haber aceptado ser animadora” Pensé. Debería dejar la fachada de popularidad y ser yo misma. El problema era que…una parte de mí deseaba esa popularidad, la necesitaba como respirar. Por eso todo se había desbancado al llegar al instituto. Mis ambiciones superaban a mí, cada vez más débil, propósito altruista.

De todos modos eso no es algo que pueda remediar, soy ambiciosa...y egoísta.” Solté un suspiro y después de vestirme y arreglarme bajé a desayunar con mis padres. Sí. Era cierto, era algo que no podía arreglar, no podía volver atrás en el tiempo y decir que no. No existía esa posibilidad, por lo que debía adaptarme a la situación, mientras me decidiera…

Mis padres, que por una vez no iban con prisas, me preguntaron sobre el día de ayer ya que yo apenas les había comentado mucho de ello, se alegraron mucho cuando les dije que volvería a animar. Aunque también les pareció extraño.

–Pero… ¿No dijiste que no volverías a ser animadora? – Me preguntó mi madre.

–He cambiado de idea. –

–Eso, está bien, me gustaba como baliabas al animar. Se te veía feliz. –Sí, era feliz haciendo aquello, por otra parte el tener que obedecer a Tiffany, era otra historia. Evidentemente, era algo que no les había contado a mis padres, pero que sí me removía mucho la cabeza. Ella podía hacerme la vida imposible, si quería…

Bueno, tú aceptaste, te aguantas” me dije a mí misma pero, por otra parte, ¿Qué podía hacer? Estaba claro que necesitaban gente y yo lo había hecho tan bien que realmente habría sido estúpido que rehusara. ¿Para que me había presentado a la prueba entonces? Sí, era cierto que Regina me había empujado a la pista, pero aun así una parte de mí seguía queriendo hacerlo, no en vano había entrenado con Shantelle. Quería hacerlo.

Una vez acabado mi desayuno, decidí despedirme de mis padres y encaminarme a clase. Estaba decidido, no haría nada, simplemente me adaptaría y si Tiffany me ponía las cosas difíciles, contraatacaría. No sería difícil vencerla si quería llevar una guerra encubierta. Todo era cosa de ella, hasta donde quería llegar con esto.


Al llegar al lugar pude observar un pequeño cambio en Tiffany, había dejado de echarme miradas asesinas ¿Se estaba comportando de forma más amable conmigo? ¿Por qué? ¿No me había declarado la guerra desde que puse los ojos en su chico, y me acerqué a su equipo de animadoras? Esto era extraño. No deseaba darle vueltas así que simplemente atendí a las lecciones, procurando desentenderme del asunto y no pensar en las miradas que me echaban desde la llegada. Se notaba a leguas que ahora era animadora, y cada rostro girado hacia mi parecía querer recordármelo.
Yo por mi parte hacía lo habitual, presumir, pavonearme o al menos así fue hasta que en la hora de comer aproveché para mirar la lista, por si acaso me estaba haciendo demasiadas ilusiones, y por eso Tiffany se portaba bien. Porque sabía que no estaría allí. Sin embargo no era así, no era ninguna ilusión, ni creencia propia, realmente estaba allí.

Samantha Baizen

Y con la mejor de las puntuaciones, nadie me había superado, eso me hizo sonreír con orgullo y mis andares se volvieron más elegantes y presuntuosos que nunca. Me gustaba ser la mejor, estar por encima de todo que nadie me supere. Pero mi orgullo cayó al llegar al comedor y recordar que este no era el caso. Tyffani seguía estando por encima de mí y aún por encima tenía que hacerle caso al ser capitana…Apreté los puños y me dediqué a inspirar hondo aunque el que estuviera allí con Simon no ayudaba mucho, corrijo, no ayudaba nada. Era un problema más a la ecuación, pues aunque pudiera adaptarme a Tiffany, una parte de mí seguía deseando a su chico.

Fue entonces cuando Regina me vio allí plantada y corrió hacia mí.

–Sammy, ¿Qué haces ahí plantada? Ven– Me dijo, toda alegre

– ¿Por qué? ¿Qué ocurre? –pregunté algo desconcertada, a veces esta chica hacía cosas raras.

–Mira arriba–Contestó simplemente ella, lo hice, y entonces vi un cartel colgado. En el había un mensaje en letras grandes y todas bien decoradas que, si debo decir la verdad, me sorprendió un poco.

BIENVENIDA SAMANTHA

Era una bienvenida a todo lo grande firmado por las animadoras y la entrenadora, no pude evitar sonreír estas cosas me encantaban y eso sirvió para que me calmara o al menos aparentara estar calmada. Al llegar a la mesa todas las animadoras, Tiffany incluida, me dieron la bienvenida. Todo estaba bien y ella estaba haciendo un gran esfuerzo, procuré hacer lo mismo pero aún así era difícil; y es que la tensión entre nosotras era palpable.

Sobre todo cuando ella coqueteaba con Simon, entre otras cosas. Procuré no mirarlo, no quería estropearlo todo y empecé a pensar en que tenía que buscar novio ya, para no preocuparme por él y no molestar más a Tiffany pero la pregunta era, ¿Quién? Hasta ahora ningún chico había llamado mi atención más que Simon. 

Y me costaría mucho no comparar cualquier chico que se me acercara con él pero tenía que hacerlo, no solo por él ni por Tiffany, (de hecho por ella seguiría detrás de él), sino también por mi misma porque yo no podía seguir así. Tenía que alzarme, revelarme y vivir buscando el modo de sentirme mejor y mientras yo siguiera detrás de él y él con Tiffany, no lo haría.

Tengo que hacer un esfuerzo” Pensé mientras desviaba la mirada de Simon y Tiffany y me dedicaba a buscar algo que reclamara mi atención y evitara que los mirara, pero era tan complicado. Y es que aunque varios chicos habían puesto la mirada en mí, y algunos eran del equipo, ninguno parecía llamarme la atención. Puede que quizás me estuviera obsesionando con él. Pensándolo bien tampoco era extraño, era el único chico que no me prestaba atención, era normal que me orientara hacía él. Siempre me habían gustado los retos, pero en este caso era un reto que no podía superar. No sin llevar una guerra abierta con Tiffany. Una guerra que me obligaría a desbancarla, una guerra que me haría repetir el mismo camino que en San Francisco, volviéndome mala y odiada. ¡No! ¡No podía hacer eso! ¡No quería que me volviesen a odiar otra vez!

Tengo que hacer algo, no puedo seguir así. Necesito hacer las cosas bien” No lo soporté más y decidí despedirme de las chicas. No podía seguir aquí, no si quería enderezarme, pero, ¿qué hacer? ¿Cómo dejar de orientarme hacia Simon cuando se ha vuelto mi capricho? Mi obsesión, ¿Cómo dejarlo estar? Renunciar y quedarme sin nada, no me compensaba y…me dolía…mucho. Solía pensar que no debía renunciar a nada, que tarde o temprano lo conseguiría, costase lo que me costase. Tumbase a la gente que tumbase. Pero…Eventualmente, descubrí que aquello tenía consecuencias, que crecer a base de destrozar vidas generaba odio y rencor en los que te rodeaban, y que ese odio tarde o temprano hacía perder el respeto hacia la persona que generaba conflicto. No me gustaba ese conflicto, me obligaba siempre a estar sobre guardia, hacer favores, y, o actos viles que no quería hacer solo con tal de mantenerme allí. Llegué un momento en que olvidé a mi misma y el propósito para el que había llegado hasta allí. Entonces, esa posición perdió el interés para mí, pero…había sembrado tanto mal que ya no se me permitía bajar tranquilamente. Para hacerlo, tenía que caer, sufrir,…Y aquello no me gustó. Porque inicialmente no me había vuelto animadora por ambición, ni sed de poder sobre el instituto. Quizás hubiese una gran parte de ello, pero, la otra también encerraba dos cosas. El deseo de escalar, superar retos, ver hasta donde podía llegar, y…Por otra parte…Creía que ser la capitana de las animadoras, la reina del instituto, me haría ser querida. No había funcionado y todo había ido cayendo. No había tenido más remedio que huir. Por eso estaba aquí, pero no podía volver a hacerlo.





Y aun así, eso mismo estaba haciendo ahora mismo, tomaba la solución más fácil, la que estropearía menos cosas. Sabía que no servía de nada, que tarde o temprano tendría que dejar de correr, tomar decisiones…Pero…En estos momentos no se me ocurría como salir de la situación en la que me había metido. ¿Qué demonios había hecho? ¿Por qué me había dejado llevar?

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Capítulo 6 (Tiffany)

Siento haceros esperar, aquí está el siguiente. :)

Capítulo 6

Narra Tiffany

Llegó el fin de semana, y yo cada vez estaba más nerviosa, Simon vino a mi casa, por culpa del chivatazo de Iry de que me pasaba algo. Vino el domingo, y bajamos a la bodega de la casa para hablar más tranquilamente, ya que mis padres no le dejaban que entrara en mi cuarto. No sé qué se imaginaban que íbamos a hacer…

– Tiff, ¿Qué te pasa? Últimamente estas muy callada – dijo mientras me acariciaba el pelo.

– No me pasa nada, tranquilo – dije e intenté callarle con un beso.

– No me lo creo, primero me llamas “cariño” – sonreí al acordarme de eso – luego le mandas esas miradas a Samantha y después casi ni hablas. No seré el más listo del mundo pero sé que te pasa algo. – dedujo él

Sonreí ante la lógica aplastante de mi chico. Tenía razón, lo reconozco delante de las chicas, pero me cuesta mucho reconocerlo delante de él, mi novio.

– Solo espero que no entre – le dije

– Yo también lo espero, no me gusta eso de tener una acosadora.

Ambos reímos ante su fantástica descripción de Samantha. 
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El lunes llegó y estaba nerviosa, ya que si Samantha participaba, y la dejaban entrar, estaríamos juntas demasiado tiempo.
En el cambio de clase, las animadoras nos juntamos y Samantha se acercó para decirnos que igual sí que se apuntaba, todas se alegraron mucho excepto yo. Le mandé una mirada asesina, para que se enterase de donde se estaba metiendo.

Las clases pasaron rápido, incluso los profesores anunciaban las pruebas, así que no perdimos mucho tiempo. Cuando estas terminaron las animadoras fuimos juntas a comer. Primero leyeron las participantes y Samantha no estaba, eso me animó mucho pero al parecer las demás le echaron de menos, pensamos las acrobacias que tendrían que hacer y la entrenadora nos animó a ser imparciales.

Por fin llegó la hora de la prueba, me sentaba en la mesa del jurado con Clarissa, ya que era la co-capitana, la entrenadora y Simon, que no juzgaba pero que si que había venido para animar. Primero me presenté a las aspirantes muy animada y dí un pequeño discurso:

–¡Hola chicas! Me llamo Tiffany Bennet y estas son Clarissa, co-capitana y Nicole, la entrenadora – Según hablaba las fui señalando y todas aplaudieron – Hoy analizaremos si tenéis madera de animadora con unas sencillas pruebas: Baile libre, animación y acrobacias – La mayoría se alegraron pero otras torcieron un poco la cara, supongo que por miedo o inseguridad. – Ahora podéis ir pasando. ¡Suerte! – Terminé y regresé a mi sitio.

Las chicas aplaudieron y gritaron. Varias chicas se acercaron y empezaron sus pruebas, algunas eran patéticas, no obstante, otras tenían mucho que ofrecernos.

Estaba apuntando la calificación de una tal Jennifer cuando la entrenadora comenzó con la siguiente chica

– Nombre y Apellidos
– Samantha Baizen 


¡¿Cómo que Samantha Baizen?! Samantha no estaba apuntada, no puede participar, pero Nicole le dio paso a su prueba. Yo estaba muy enfadada, eso no puede tolerarse.

Hizo su prueba y la verdad que lo hizo muy bien, pero yo no iba a dar mi brazo a torcer.

Por fin acabó su prueba y Regina se levantó de las gradas para ir a darle un abrazo, no sé lo que le estaba diciendo pero la entrenadora también se levantó, yo estaba muy tensa y Simon lo notaba.

– Tranquila, no te preocupes, todo saldrá bien – dijo mientras me tocaba la rodilla.

– Eso espero. – lo miré unos instantes y luego volví la vista a las chicas que parecían seguir en su empeño de invitar a Samantha al grupo.

Nicole volvió con Samantha al rato, iban al vestuario, con el metro. ¡Oh, no! ¡Le iba a hacer el uniforme! ¡¿Qué pasa?!, ¿qué, no votamos? ¿o qué?

Al rato salió y me dedicó una mirada de superioridad. Nicole se sentó a mi lado bastante contenta. Creo que le alegraba haber encontrado una animadora tan talentosa como Samantha. A mi también me habría agradado, de ser otra persona.

– Tenemos que hablar – le dije muy enfadada

– Espera que acaben las pruebas– me contestó.

Las pruebas pasaron despacio, mi enfado aumentaba y casi no podía estar atenta a las pruebas de las demás participantes. Después de siete chicas, por fin estas acabaron y las juezas, y Simon, nos quedamos para elegir a las animadoras nuevas.
– Por ahora, solo tenemos segura a Samantha Baizen – declaró Clarissa

– ¿Y por qué la habéis metido?, ¡ni siquiera lo hemos consultado! – Protesté.

– Tiffany, ¿la has visto?, ¡es justo lo que necesitamos! – Se justificó Clarissa.

– ¡No! No es a esa a la que necesitamos – Insistí recalcando el esa con desprecio.

– Tranquila, Tiff – me pidió Simon, no quería que hiciera una escena y yo tampoco, pero seguía sintiéndome traicionada.

– Está bien, no te enfades, votaremos – intentó calmar Nicole – ¿Quién quiere que Samantha sea animadora?

Clarissa y Nicole levantaron las manos.

– Dos de tres, Samantha está dentro. – Concluyó

Tendría que afrontarlo. Samantha estaba dentro.

Salí aún refunfuñando del gimnasio, hoy Simon me había traído porque yo había dejado el coche en casa.

– ¿Decepcionada? – Me preguntó cuándo arrancó

– Más bien, enfadada. – Contesté

– Pero Tiff, tienes que reconocer que lo hizo muy bien.

Lo miré con cara de reproche ¿Qué pasa que ahora nadie me entendía, o qué?

– Tienes razón, lo hizo muy bien. Pero me sabe muy malo que la eligieran sin consultarme. – Reconocí procurando calmarme y pensar con frialdad.

– No te quejes, a mí no me consultasteis nada – Me dijo riéndose

– Es que tú no eres del equipo. – Argumenté

– Ya lo sé, ni siquiera sé lo que hacía allí – Me contestó.

– Pues…eres un chico – dije simplemente.


– Muy bien, doña obvia – Respondió

– Muy gracioso. – Comenté. – Pero no me has dejado terminar… quería decir que eres un chico, del cual necesitamos un aporte. –

– ¿Así que queréis que os diga las que eran guapas y las que no? – Dedujo.

– Que listo que es mi chico – Dije revolviéndole el pelo, él se rió e intentó colocarlo de nuevo.

– Eso se llama abuso – dijo torciendo la cara.

– Sí, sí, sí que graciosillo. – Le dije, y nos reímos.


Cuando llegamos a mi casa, le dí un beso.

– Adiós “cariño” –Me dijo como despedida.

No pude evitar sonreír. Entré en casa y mis padres no estaban, por lo visto se habían ido.

No había nadie en casa, no tenía ganas de subir a mi cuarto así que me tumbé en el sofá y empecé a recapacitar sobre todo lo que había pasado hoy. Las miradas asesinas, las miradas furtivas, los guiños y todo lo demás,…

Mi cabeza daba vueltas, me tumbé un poco más, estirando las piernas todo lo que el sofá daba de sí.

Y me dormí.

jueves, 29 de octubre de 2015

Capítulo 5 (Samantha)

Vuelvo a publicar a destiempo, lo sé, aunque ahora que lo pienso no es como si le importase a alguien, no se lee, no se comenta. He intentado contactar con María en octubre pero por aquel entonces me dijo que estaba ocupada y lo dejé estar. Otro día hablaremos con más calma sobre los planes de esta historia. Por ahora, os dejo con Samantha.

Capítulo 5


Narra Samantha

A causa de Tiffany apenas había visto el cartel. Ella había intentado pasarlo por alto adrede, no quería que me apuntara, pero, evidentemente, no había reparado en Regina, a quién yo había caído bien desde el primer momento, tan bien que enseguida me había pedido que entrara en las animadoras…El problema es que yo tampoco estaba segura de querer entrar y me había negado. Pero claro está las animadoras habían sido tan pesadas con el asunto que tuve que decirles que lo pensaría. No es que no hubiera sido animadora antes, de hecho había sido una de las más talentosas en San Francisco, llegando incluso a capitana. No, la razón de que no quisiera era que no me interesaba estar tan cerca de Tiffany, verla tan a menudo, tener que hacerle caso, soportar sus besos y gestos cariñosos con su chico. Solo de pensarlo me ponía enferma y sinceramente creo que yo le caía tan mal como ella a mí.

Cuando las clases acabaron me fui a casa y allí volví a darle vueltas al asunto. ¿Debería?, ¿No debería?, ¿Quería?, ¿Pasaría algo por participar?, ¿Tendría que aceptar después? Entonces mientras le daba vueltas mi móvil sonó. Lo cogí y contesté.

– ¿Diga? –

– ¿Samantha?—Oí al otro lado del teléfono, reconocería aquella voz en cualquier lado y momento.

– ¡Shantelle!– casi grité llena de alegría, Shantelle es mi amiga de la infancia. Una chica de pelo castaño liso corto y ojos lilas, azulados. Mide uno sesenta y ocho, tiene la cara redondeada y una mirada que inspira alegría confianza, bondad y seguridad en sí misma. Su historia no era la más agradable. Ella y yo nos conocíamos desde pequeñas porque anteriormente éramos vecinas y nuestros padres muy amigos. Siempre nos habíamos llevado bien hasta que ella tuvo que irse. La historia fue que se juntó con uno de sus compañeros de clase y comenzaron una relación. Una noche olvidaron las precauciones y ella acabó embarazada, el chico en cuestión la abandonó en cuanto se enteró. En cuanto a ella pues, sus padres se enteraron y la obligaron a abortar y luego se fueron lejos y se la llevaron con ellos. No la volví a ver y sí, la eché mucho de menos. Nos contactábamos alguna que otra vez por teléfono y las redes sociales pero no era lo mismo. Ella y yo estábamos muy unidas, éramos amigas, confidentes, casi hermanas y una relación así no se olvida. Por eso me alegre tanto al oír su voz y ella también al oír la mía.

– Si Sam soy yo. Que alegría poder al fin hablar contigo. Dime, ¿Sigues en San Francisco?, ¿qué tal te va todo? – Dijo ella. Shantelle y yo acostumbrábamos a acortar los nombres como mejor nos convenía. Así era que a menudo ella me llamaba Sam y yo la llamaba Shante.

– No ya no estoy en San Francisco y no es que me vaya muy bien pero me acostumbraré. – dije y le conté mi llegada a la nueva ciudad y al Dawson High. Mis padres eran quiénes habían sugerido el viaje, por lo visto había una plaza disponible para mi padre en un bufete de abogados con mejor sueldo que la anterior y él había decidido aprovecharla. Si no fuera porque no tenía muchas amigas de verdad en San Francisco, (quitando Shantelle pero ella ya no estaba allí), habría echado de menos a mis antiguas compañeras pero mis relaciones allí eran muy superficiales. Todas surgidas de la popularidad y la riqueza.

– Sam, ¿Te das cuenta de la suerte que tienes? Vivimos en la misma ciudad y mi casa está a unas pocas calles de tu nueva casa– dijo Shantelle aún más alegre.

– No me digas que…– Me quedé atónita y esperanzada ante el anuncio, echaba mucho de menos a Shantelle, era mi mejor amiga con diferencia. La única que me importaba.

– ¡Dame tu dirección que tenemos que vernos! – Exclamé alegre, quería verla. No, necesitaba verla, me hacía mucha falta.

– ¡Por supuesto! Apunta – Shantelle me dictó una dirección y la apunté en una hoja, tenía razón su casa estaba solo a dos calles de la mía.

– Gracias. Voy para allá – La avisé.

– De acuerdo Sam. ¡Nos vemos! – Me dijo ella muy alegre y colgó.



Poco después les pedí dinero a mis padres y me arreglé un poco, antes de salir les conté lo de Shantelle para que supieran con quién estaba y ellos se alegraron mucho. Seguidamente salí de la casa y aunque estaba segura de que Shantelle me enseñaría la ciudad me pareció adecuado llevar un mapa, por si acaso. Además así me sería más fácil volver después.

Llegué a la casa de Shantelle en unos minutos, esta me sorprendió se trataba de un ático grande y lujoso con jardín y piscina; muy típico de sus padres. Estos no eran atentos como los míos de hecho, hizo falta que ella acabara embarazada para que al fin advirtieran que tenían una hija y le hicieran más caso. Aunque en ese caso fue para mal.

Me acerqué a la puerta y llamé. Fue ella quien me abrió, como siempre no pude evitar compararnos y asombrarme de la diferencia. Yo alta, (mido uno setenta y dos), de pelo largo rojizo y ondulado y ojos marrones; con una mirada única y que desprendía fortaleza y belleza no pintaba mucho al lado de la alegre y confiada castaña de ojos azules de Shantelle y, sin embargo, nos seguíamos tratando como hermanas y contándonos todo.

– ¡Sam! – gritó Shantelle llena de alegría.

– ¡Shante! – Nos abrazamos todas alegres.

– No puedo creer que estés aquí – Dijo ella en cuanto nos separamos
– Ni yo. ¡Qué alegría! – Exclamé. Seguíamos cogidas de la mano, no pudiendo creer que estuviéramos frente a frente de nuevo. Instantáneamente, sonreí llena de felicidad, al final el primer día no iba tan mal como esperaba.

– ¿Has llegado a conocer la ciudad? – me preguntó ella.
– La verdad es que no – admití.

– Pues ven, yo te la enseñaré y de pasó me cuentas tu primer día de clase en el Dawson High. Tengo curiosidad – me propuso
– De acuerdo – acepté encantada. – ¿Y tus padres? – Añadí antes de que nos fuéramos.

– Han vuelto a comportarse como si no tuvieran hija. Ahora están en una exposición o algo así, no me propusieron acompañarlos. Aunque lo cierto es que tampoco querría – me contestó ella. A Shantelle no le gustaban mucho las exposiciones lo veía aburrido y sin interés. Ella prefería salir y, o ir de compras a pasarse una tarde entera en un museo o galería. Una lástima que sus padres no fueran de la misma opinión.

– Parece que hay cosas que no cambian. Oye no tuve ocasión de decírtelo antes de que te fueras y por teléfono sonaba muy impersonal; pero siento mucho lo que te pasó con James. – dije nomeando al chico que la dejó embarazada mientras salíamos de la casa, después ella cerró la puerta con su llave y empezamos a caminar.
– No te disculpes no es culpa tuya. Él es un idiota y yo más por salir con él sin darme cuenta de aquello – me dijo ella.

– No digas tonterías Shante. No eres ninguna idiota sino una chica increíble, alegre, buena, simpática y encantadora y si él no lo vio es porque no te merecía. – Argumenté yo animándola.

– Gracias. Eres la mejor amiga que tengo. – me agradeció ella más animada.
– No me las des. Es la verdad y tú también eres la mejor amiga que tengo – le confesé sincera.

– Bueno, dejemos el pasado atrás y cuéntame. ¿Cómo te fue en el Dawson High? – me pidió ella poco después.

– Pues…– dije y comencé a contarle. Le hablé del instituto, las clases, los profesores, las animadoras y por último Simon, la desgraciada de Tiffany y las pruebas de animación.

– ¿Y no vas a ir? – se sorprendió ella cuando le hablé de ello.

– No, no me apetece. –
– ¡Pero si a ti siempre te gustó ser animadora! – Argumentó ella.
– Ya, pero no me apetece mucho. – contraataqué algo desanimada.

– Es por ella, ¿verdad? – Dedujo entonces Shantelle.
– ¿Quién? – Me hice la ignorante, sabía perfectamente a quién se refería. ¿Cómo una simple chica podía amargar un día?

– Sabes perfectamente de quén te hablo. La Tifanny esa…–

– Shante te aseguro que…–comencé a decir más ella me interrumpió.

–Vamos Sam, te conozco y sé que no soportas que alguien esté por encima de ti y aún por encima tenga algo que tú quieras

– Te aseguro que no tiene nada que ver y sí, Simon es muy guapo pero eso no influye para nada– me defendí cortante esquivándola.

– ¡Ay!, ¡deja de inventarte excusas y asúmelo! Estás celosa. –

– No…Bueno quizás si pero eso no tiene nada que ver. – Si lo estaba, tenía que admitirlo pero no solo por Simon sino por todo lo que tenía ella y yo no. Si, lo reconozco soy muy envidiosa, ese es uno de mis peores defectos por eso ver a Tyffani me ponía de los nervios. Envidiaba su situación, la relación tan fuerte que tenía con el equipo y sus amigas. El que fuera capitana, Simon, en fin todo.

– ¿Entonces por qué no vas a las pruebas y lo demuestras? – me preguntó ella.
– Shante yo…no sé. ¿Y si no me sale bien? Haría el ridículo. – Me salí por la tangente otra vez, más no funcionó.

– ¿Por qué no te saldría bien? Siempre te sale. – argumentó ella.y así entre charla y charla, y argumento y argumento ella me fue enseñando la ciudad y al mismo tiempo insistiendo para que me pasara por las pruebas y no se calló hasta que le dije que lo haría. La verdad es que a veces era muy pesada con algunas cosas pero aún así era adorable y no dejaba de caerme muy bien.

– ¿Cuando son las pruebas? – Me preguntó ella cuando llegamos a la puerta de mi casa ya muy tarde.
– El lunes. – Contesté
– Ah…Pues si quieres el viernes y el fin de semana vienes a mi casa y repasamos pasos para que estés mejor preparada– me propuso ella.
– Claro que quiero, gracias –le dije.

– ¡Hasta mañana!– se despidió ella y se fue.

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Al dia siguiente después de clases quedé con Shantelle y fuimos a un pequeño gimnasio que ella tenía en el ático. Vine con chándal y ropa cómoda y me puse a practicar con ella hasta que me cansé, comprobando que seguía teniendo el talento y la gracia de antaño, cuando yo era capitana y ella formaba parte del equipo de animadoras. El fin de semana salimos de tiendas y estuvimos curioseando ropas por los distintos establecimientos de moda. Ella me enseñó donde se compraba toda la ropa de marca y complementos, todo a la moda pero carísimo. También practicamos un poco, pero no mucho. Todo para no cansarnos y divertirnos.
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Al fin llegó el gran día, el lunes, las animadoras, a excepción de Tiffany claro, se alegraron mucho cuando les dije que me pasaría por la prueba esta tarde. A Tiffany no le hacía mucha gracia claro pero no me dijo nada, se limitó a lanzarme a escondidas una mirada de advertencia, como las que se había acostumbrado a lanzarme cada vez que yo miraba a Simon. Al final de clases me fui a casa y puse ropa adecuada para la prueba, aunque seguía sin estar muy convencida. No las tenía todas conmigo, por eso al llegar preferí quedarme a observar de lejos como las otras candidatas iban yendo. sin atreverme a probar, pero claro siempre tiene que haber alguien inoportuno que me vea…

– ¡Sammy!, ¡Has venido! – La voz de Regina me dio un susto increíble, no me esperaba encontrarla tan cerca.
– Sí, he venido. – Dije simplemente buscando alguna excusa que me sirviera para esquivarla y de paso no participar en las pruebas, más no se me ocurría ninguna.

– ¿Por qué no participas? – me preguntó ella.
– No me apetece. – Contesté
– ¡Venga, por favor! – Exigió ella.
– No, gracias, aparte no he entrenado nada. – Mentí aun reticente.
– ¿Y eso que importa? ¡Lo harás genial! ¡Venga! –

– ¡Regina por favor que no quiero! – Ni con esas, me cogió por la mano y me arrastró a la pista,  toda ilusionada,ante las miradas incrédulas de todos.
– ¡Sammy por favor!– Me imploró

– De acuerdo haré la prueba. – Terminé por aceptar, de todos modos era demasiado tarde para echarse atrás.
La entrenadora se me acercó con una de las organizadoras.

– Nombre y Apellidos–
– Samantha Baizen–
– Adelante Samantha – Me indicó ella.

Y comenzó la prueba. Por un instante estuve tentada de hacerla mal adrede pero entonces vi a Tyffani con Simon y su mirada decía claramente que dudaba de mi capacidad para realizar la prueba. Lo tomé como un desafió y con gran resolución comencé a hacer los movimientos habituales. Las prácticas con Shantelle me habían venido muy bien. Ya no estaba tan nerviosa y lo recordaba todo, además en caso extremo me imaginaba a Shantelle mirando y eso me daba energía de verdad. La prueba se sucedió ente giros saltos y muchas cosas que hacia sin rechistar, ni quejarme ni nada. Cuando acabé todas me miraban asombradas. Regina fue la primera en hablar.


– ¿Ves Sammy? ¡Lo has hecho de maravilla! ¡Venga, apúntate al equipo! –

– Regina por favor. No es nada. – Protesté, vale había hecho la prueba pero solo para demostrarle a Tiffany que no debía subestimarme, no para entrar en su equipo de subordinadas aduladoras.

– ¿¡Qué no es nada?! ¡Has estado increíble! – Siguió insistiendo ella. Al rato se le unieron las otras animadoras, todas felicitándome excepto Tiffany cuya mirada literalmente daba escalofríos. Aunque la cambiaba en cuanto su vista se cruzaba con alguna de las animadoras. Incluso para alguien tan simple como ella era muy fácil fingir. Como la envidiaba…

– ¡Apúntate, por favor! – Oía a mí alrededor.
– No creo que valga para esto chicas – seguía insistiendo en negarme dudosa.
– ¿Qué no crees?, ¡pero si eres una de las mejores! Increíble. –
– Dejad de exagerar…–

– No exageramos Sammy, eres buena. – No se dónde Regina había cogido ese diminutivo la verdad. No me digustaba pero es que parecía tan infantil, me hacía sentir como una cría.

– No creo que…–
– Por favor–
– No…–

Entonces se me acercó la entrenadora junto con algunas organizadoras, pensaba que les iban a pedir que me dejaran en paz pero en vez de eso se me acercaron y la entrenadora dijo:

– Te necesitamos. – No me lo podía creer. ¿Hablaban en serio? ¿De verdad necesitaban a alguien como yo? Si tenían un equipo perfecto. Pero por lo visto no era suficiente. Fue entonces cuando acepté.

– Está bien, me uniré. – dije resignada.

¡¡Síiiiii!! – dijo Regina alegre y me abrazó, me separé un poco cohibida por tanto entusiasmo. Poco después la entrenadora empezó a tomarme las medidas para el traje de animadora en los vestuarios.

– Has hecho un ejercicio increíble para ser una principiante – Valoró

– Bueno…La verdad es que ya fui animadora en mi antiguo instituto – reconocí.

– Comprendo…Bueno ya está, Creo que mañana podrás venir a buscar el traje. Los entrenamientos son todas las tardes después de las clases y no se puede faltar sin una buena excusa y un justificante médico para esta. – Me explicó
– Comprendido – Aseguré yo, no tenía previsto apuntarme pero ya que no tenía más remedio, asistiría. No había mucho mal en ello, excepto, claro, el tener que obedecer a Tiffany.

– Entonces hasta mañana Samantha y suelo ser muy exigente pero después el resultado valdrá la pena. – Aseguró entonces Nicole con disciplina.

– Entendido no se preocupe. No la decepcionaré – Dije y me despedí de la entrenadora. Cuando salí, vi a Shantelle fuera esperándome.


– Bueno. ¿Cómo te ha ido? – Me preguntó
– Muy bien. Gracias por las prácticas. Me dieron seguridad– Dije agradecida.
– De nada – Sonrió alegre – Cuando quieras aquí estoy –

– Gracias – Shantelle me acompañó a casa y como siempre que ocurría cuando nos veíamos acabamos charlando de todo y de nada. Éramos las mejores amigas del mundo. Siempre lo seríamos y eso se notaba.



lunes, 28 de septiembre de 2015

Capítulo 4: Tiffany

Sé que publiqué hace una semana pero en dos días la página de Nouvook abrirá y quería adelantar un poco. El documento que les envié tenía 10 Capítulos, (¿o 11?, no recuerdo xD ), así que, no os extrañe que si la abren encontráis más capítulos que aquí. Prefería enviarles los ya hechos/publicados antes de que cambie de opinión. ¡Os dejo el Capítulo!

sábado, 19 de septiembre de 2015

Capítulo 3 (Samantha)

Sí lo sé, voy actualizando de tres en tres semanas, pero lo importante es que lo vaya haciendo. Por cierto, ya sé que no importa mucho, pero quería anunciaros que estamos participando en una página para compartir historias llamada Nouvook que será lanzada el 30 de este mes. Están buscando contenido para iniciar y si les envías una copia de tu historia o fanfic con los datos que piden te hacen una portada. Aquí está la nuestra! :D

Chula, ¿verdad? Estamos pensando en usarla cuando subamos la historia a Wattpad, a ver si así conseguimos más lectores. ¡Disfrutad del Capítulo! :D